"SILENCIO Y MUERTE" Por Luis Villota

SILENCIO Y MUERTE

Luis Antonio Villota

“El silencio es uno de los asesinos más peligrosos y lo más preocupante es que no se le puede juzgar”, o díganme quien no ha sufrido los atropellos de este enemigo, que sin darnos cuenta, un día lo tenemos  caminando a nuestro lado, haciendo estragos en nuestras vidas, no permitiéndonos desarrollar nuestra personalidad y felicidad como quisiéramos.  Esta cruda realidad del silencio la estamos viviendo en el sur del País, donde los atropellos cometidos por  algunas empresas privadas que buscan lucro, usurpan de una manera descarada nuestras riquezas minerales, destruyen sin piedad nuestra biodiversidad, robando la tranquilidad a los habitantes donde  tienen su área de influencia.  Todo lo anterior lo quieren disfrazar como los poderosos, como una ayuda para la región, como el beneficio de la prosperidad, y nosotros que, solo nos quedamos callados, dejando que el silencio haga su trabajo y que nos asesinen lentamente. Caso puntual el que ocurre en el Municipio de Puerto Asís, donde la extracción de hidrocarburos  durante los últimos años ha tomado fuerza , llevando a aumentar el número de automotores de  gran tamaño, sin tener en cuenta que el casco urbano del Municipio no tiene una red  vial adecuada para  este tipo de transporte, generando un deterioro acelerado de las vías, pero si a este le sumamos en problema mucho más grave, como es el uso indiscriminado de agua  por parte de estas empresas de transporte, que es utilizada para esparcirla por todas las vías  no pavimentadas,  por donde se programan los recorridos  de los automotores  encargados del transporte de hidrocarburos, tratando  de mitigar la problemática que genera el polvo de las vías , más,  si se está en época de verano. Lo  grave es, que las autoridades en cargadas de la protección de nuestros  Recursos sean  tolerantes ¿Acaso este tipo de conductas  no son un tipo de asesinato permisivo por parte de las entidades estatales correspondientes?  Porque es muy bien sabido que este tipo de problemas  genera enfermedades de tipo  respiratorio dentro de la población,  ¿acaso  por ser una región rica en agua, nos da el derecho de tirarla al piso?  Por este motivo tan sencillo, utilizo este medio  con ánimo de sensibilizar a una parte de los lectores, que nos animemos a denunciar los atropellos cometidos contra nuestro territorio, que no queden impunes, que de verdad nos apropiemos de nuestro hogar, que ese amor salga a flote con acciones que acaben con el silencio. Porque yo les pregunto ¿a quién le gusta que tiren piedras a su casa?

Esta no es una columna de opinión tradicional, donde solo digo lo que pienso, sino también lo que quiero de ustedes, porque al fin de cuentas todos somos responsables de dejar a nuestros hijos una herencia, de la cual nosotros ya hemos gastado gran parte. Entonces, hasta donde estamos dispuestos a guardar silencio y dejar que de esa riqueza solo lleguen a ellos migajas?  Un poco de agua, un poco de tierra servible,  un poco de aire puro.